La operación comenzó en un punto del sur peninsular en el que, el pasado miércoles, la policía interceptó dos contenedores con más de cien cofrades de imitación. Según el comisario Morales, la intención de estos falsos penitentes era introducirse en procesiones previamente seleccionadas para convertirlas en un espectáculo de sufrimiento gratuito, sangre, fatalismo divino. Al verse acorralados por los guardacostas los cabecillas de la mafia arrojaron por la borda cientos de copias de la película de Mel Gibson: La Pasión; cinta que, según explicaron los expertos del grupo policial, los falsos penitentes visionaban para fundamentar sus prácticas gore.
La red mafiosa desarticulada tenía ramificaciones en toda Europa. Gracias a la colaboración de la INTERPOL se ha podido localizar cerca de Posnania un taller clandestino de falsos costaleros. Al igual que los cofrades apresados en España los costaleros pretendían infiltrarse bajo las andas de los pasos para convertirlos en número circenses de piruetas al aire, demostraciones de fuerza y ejercicios de sincronización grupal. En el momento de su detención se requisaron también grandes dosis de testosterona listas para inyectarse.
El grupo teológico sigue la pista de un envío masivo de mantillas, báculos y capas pluviales que muy probablemente busquen introducir en la procesiones a través de personaje influyentes de la vida social y eclesial.
A pesar del éxito de la operación "aemulatio crucis" como la han bautizado, el comisario Morales alerta sobre la existencia de células de penitentes incontrolados que aún podrían camuflarse entre las miles de procesiones que recorren las calles de toda la península. El comisario pide la colaboración ciudadana y da tres sencillas pistas para identificar a los imitadores:
1. La cruz que proponen los imitadores en ningún momento se pone en relación con la vida comprometida y confictiva de Jesús de Nazaret.
2. Para los falsos cofrades, la cruz es el sacrificio necesario exigido por Dios para borrar de una vez por todas, el pecado original que arrastramos desde Adán.
3. Los falsos costaleros no cargan con las cruces de las víctimas inocentes de la exclusión y la pobreza. Los imitadores se contentan con bailar la cruz, no se ocupan de bajar a los crucificados.
El comisario aconseja llamar inmediatamente a la policía a la mínima sospecha de que una mantilla, báculo o capa pluvial, miren con altivez la cruz para encontrar en ella la justificación de privilegios, estatus y/o poder.
Eclesalia informativo.
¿Pero esto es verdad? Vaya pasada si es que esto es cierto. No creía que la gente estuviera tan colgada y además no entiendo con qué fin hacen estas cosas. Lo que le hacía falta a la religion como están las cosas ahora. Vaya, menos mal que dicen que los han pillado
ResponderEliminarVuelva a leerlo con detenimiento y lo entenderá mejor.
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