Todos tenemos nuestras fotos preferidas de las personas a la que queremos. Escogemos ésta y otra foto porque a cada uno nos dice algo especial, nos muestra un aspecto singular de esa persona o tal vez nos recuerda un momento único que no queremos olvidar. ¿Por qué llevamos en la cartera precisamente esa foto -tal vez ya arrugada o descolorida- que no cambiaríamos por ninguna otra?
Del mismo modo, nuestras imágenes titulares son algo especial. Tenemos su reproducción en casa, llevamos su estampa en la cartera o en el bolso, visitamos con frecuencia su altar y, cuando rezamos, inevitáblemente nos viene a la memoria su recuerdo. No es de extrañar que muchos hermanos y cofrades se casen ante su imagen titular o celebren ante ella otros acontecimientos importantes de la vida.
Fuente: "Paso a paso. Itinerario de fe para Hermandades y Cofradías".
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